Los diseños de Gwen Stefani llegaron a la pasarela muy tarde la noche de el jueves, pero valió la pena esperar porque fue más que un desfile, fue un verdadero show. El final de la Fashion Week contó con modelos agrupados por “raza” (blancos, negros, asiáticos y por supuesto rubios platinados que parecían clones de Gwen)
“Hubo tantos looks que parecían seis shows en uno” dijo el estilista Robert Verdi, quien se sentó en primera fila justo junto a los asientos reservados para una celebridad destacadísima que brillo… por su ausencia.
También hubo mucho revuelo afuera de la sala, tanto así que los bomberos tuvieron que hacer acto de presencia y controlar a la multitud que quería entrar.
“L´Oreal tiene muchos asientos reservados,” dijo una fuente de la organización. “Pero el show se llenó muy temprano y tuvieron que cerrar las puertas. La gente estaba desesperada.”
Pero nada de esto afectó a la vocalista de No Doubt, su show fue un gran éxito, con diseños muy variados que iban desde hermosos vestidos negros con accesorios dorados hasta chaquetas, monoprendas y leggins de cuero. Fue sin duda la producción más grande de toda la semana.
Mientras los modelos desfilaban se proyectó un video al fondo con escenas de guerras, helicópteros y poco a poco se fueron transformando en los estampados que podían verse en las prendas.
La música también fue impactante, muy a lo Gwen, con un mix de hip-hop y rock que puso a los invitados (entre ellos Christian Siriano, Taryn Manning y Joe Zee de Elle) a bailar en sus asientos,
Luego la cantante mostró su rostro detrás de un muro de fuego mientras comenzaba a sonar su popular canción What you waiting for y ella salía para recibir una ovación. Créanlo, fue fantástico estar ahí.
Stefani, de 41 años, sonreía y saludaba mientras caminaba por la pasarela en un vestido de animal print y un peinado alto. Sus hijos, Kingston de 4 años y Zuma de 2 habían estado mirando desde la segunda fila. Al final del evento Zuma, quien lucía un sombrero y señalaba a las modelos, ya se había quedado dormido así que se perdió del momento estelar de su hermano mayor.
Cuando Kingston vio a su mamá pasar junto a él, el pequeño le gritó “¡Mami!” y corrió desde la segunda fila hasta las escaleras y subió a la pasarela corriendo detrás de su mamá. Ella no se dió cuenta hasta pocos segundos después cuando la audiencia reía y aplaudía la gracia. Kingston finalmente la alcanzó, ella volteó sorprendida y lo tomó de la mano.
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